Y tú ¿a qué le rezas?
DICIEMBRE 18, 2022
PREVALECER
Permanecer estoico ante los tambaleos y derrumbes de la burda existencia.
Persistir erguidos sobre los escombros de lo que alguna vez tuvo sentido.
Perseverar a los embistes de tus propios fantasmas. Demonios posesivos que te asfixian y sofocan.
Perdurar, aún sabiendo que todo es efímero y pasajero.
Perdonar (te) los errores acumulados por repetir patrones ancestrales, enraizados, fundidos y fusionados.
Perseguir nuevos anhelos, avanzando sobre las ruinas de antiguas esperanzas.
Permitir volver a sentir, ver, tocar, oler, saborear y oír, como por primera vez, aquello que tanto se conoce.
Prevalecer ante el caos, la incertidumbre, desasosiego y desamparo.
PREVALECER
Nathali
IG: @pecociraptor_
Un día conocí a una mujer, vivía en su mente, no supo de caos, de siniestros, ni de injusticias. Habitaba su mundo. De los escombros se hizo un castillo, Reina de las cenizas, dueña de un paraíso. Sonreía mientras bailaba entre llamas, te invitaba a disfrutar con sus movimientos. Te ofrecía la mejor de las fantasías hasta hacerla realidad para ti.
Después de perderlo todo, se entregó ella misma a su poder y decidió compartir esa única parte que quedaba, con otros. Te desafiaba a vivir, en su mundo, adentro, donde todo era posible.
Se podía sentir, sentirlo todo, con una intensidad que jamás imaginaste poder experimentar, jugaste con tus demonios y conociste a todos tus fantasmas.
No hablaba mucho, pero yo le entendía todo. Su lenguaje era distinto, tan físico y tan emocional. No paró de moverse incluso si todos nos cansamos. Siguió sola. Su energía me intimidaba, ella lo supo. Caminó hacia mí, lento, y con cara de duda levantó mi mentón con solo un dedo
- La libertad es con tus demonios, no sin ellos.
Me dio una sonrisa extraña, de superioridad, y casi con asco por mi ingenuidad. Se alejó a seguir su mejor día, como todos sus días.
Y como nada dura para siempre, regresé al mundo real, pero desde ese entonces me pregunto cómo volver. Recuerdo su mirada en la despedida, desafiante y determinada, sigo escuchando su voz al decirme con una sonrisa malintencionada
- Y tú ¿a qué le rezas?