El pensarme se ha convertido en el acto más sincero y complejo de este último tiempo; verme a través del lente ha sido reconocerme a pedazos, fragmentarme constantemente, ya sea con el lente o con el filo de los pensamientos.

El cuerpo como territorio a explorar, como territorio enigmático, territorio de guerra, desamparo y dolor; el cuerpo como territorio de florecimiento, de vida y muerte.

Fotografía: Isidora @Isidora.ph_

La fotografía como un lugar seguro, desafiante y tierno, observando lo que otros (quizá) no ven o no quieren ver; intentar constantemente hallar aquello que tanto he buscado, pero que aun no he encontrado.

El amor que nace a través de un click, a través de la palabra, a través de ti y de mi, de nosotros. El amor que como clan hemos forjado y que ha trascendido el tiempo, espacio y pandemia. Amor al mismo arte, a la compañera y el compañero, sostenerlo desde la paciencia, desde la contención, del acto de acariciarnos con las palabras y con las risas infinitas.

La libertad de la inquietante intimidad, que se construye en ese enfrentamiento con un otro a través del espejo, donde analizo sus curvaturas, sus heridas, su historia en todo su esplendor.

Soy yo a la hora de autorretratarme en fragmentos.