Mi Arte
Estoy en un momento de reflexión sobre mi arte y el propósito detrás de lo que hago. A veces, me siento en una zona donde todo parece estable, y he perdido esa urgencia o "hambre" de crear. Me pregunto: ¿por qué seguir produciendo? ¿Qué más puedo aportar?
Siempre he trabajado desde el malestar, la vulnerabilidad o el dolor, pero esa sensación ya no es tan presente. No es que haya perdido la capacidad de crear, simplemente, puede que ya no lo haga desde el mismo lugar. Quizás es el momento de redefinir lo que significa para mí el proceso creativo.
A veces, producir por el mero hecho de hacerlo me desconecta de mi propia esencia, como si lo hiciera solo para sostener una imagen o demostrar valor. Sin embargo, me doy cuenta de que también está bien detenerme, tomar pausas, observar, disfrutar del ocio y permitirme el silencio.
Mi arte ha estado ligado al conflicto y la incomodidad, pero ahora me pregunto si puedo aceptar que estar bien también es parte del crecimiento. No siempre necesito producir desde el sufrimiento. Quizás este bienestar, aunque efímero, puede ser un espacio fértil para una nueva etapa en mi vida y mi arte.
Al final, sé que el movimiento es lo que define mi esencia. Mutar, no ser estática, moverme, respirar con mi cuerpo, más rápido, constante, hasta que llegue el silencio... simplemente ser.