Veo en luces y sombras
Frente a la pantalla del computador me lleno de angustia y ansiedad pensando, ¿qué tengo que escribir? ¿Por qué me presiono a esto?
Julio 16, 2022
¿Cómo has estado? ¿Has escrito algo? Se han convertido en peguntas complicadas. Cuando las emociones se intensifican y los cuestionamientos brotan desenfrenadamente, luego de un largo tiempo enterrados, pareciera que las palabras no fueran suficientes para describir, menos para ordenar lo que ocurre.
Antes de aprender a hablar y que le demos sentido a las palabras existe una manifestación corporal, un sonido, quizás un llanto, risa o un grito originado de un sinfín de razones; por lo menos esa es la cronología que hago. Hoy siento que mis mayores aliados son estas primeras formas de expresión, como el llanto de un recién nacido provocado por el brusco cambio en su habitad y movimientos reflejo que uso como lectura de mi emociones.
Movimientos y formas que nacen de la exploración de mi sentir. Un cuerpo desnudo en busca de ese estado natural e inicial; voy reaccionando a estímulos externos que me conectan con emociones y hacen que nuevamente aparezca la expresión. Me observo, interactuó con mi cuerpo y el espacio, conecto, siento que logro reconocerme.
Luego de escribir los párrafos anteriores, revise esta sesión y entiendo muchas cosas, me hace sentido lo que hago. Me comunico y expreso a través de mi cuerpo.
Veo en luces y sombras, mi deambular entre entenderlo todo y que de un segundo a otro se vuelva confuso y oscuro.
Hay días en que quiero un abrazo eterno, otros en que solo quiero estar sola y navegar en mis pensamientos. Mi cuerpo pone barreras, se vuelve tenso y a veces fluye dispuesta a sentir.
Si vuelvo a los cuestionamientos iniciales, quizás he mirado la escritura desde un lugar distante de la expresión corporal, pero funcionan de manera similar e incluso diría que ambas se alimentan construyendo un sentir. Habitar el desnudo me da herramientas para reconocer y comunicar atreves de la escritura, como sucedió en esta ocasión.